Neymar acaba el partido llorando y supera a Romario
en goles con la selección.
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El
brasileño se vino abajo cuando el árbitro señaló el final del encuentro,
demasiada tensión emocional
Neymar acabó el partido llorando. Se
tiró al suelo y sus compañeros corrieron a protegerle. No dejaba de llorar
Neymar, que había marcado el 2-0 sólo un minuto antes, en el 97 de partido.
Lloraba Neymar por la victoria de Brasil,
porque había podido marcar y porque esa jugada del penalti simulado quedaría en
una anécdota más.
Neymar lo había intentado todo el
partido, especialmente la segunda parte, con una Brasil creando ocasiones de gol
continuamente. Había tenido una ocasión clarísima de gol en el área a centro de
Paulinho que de forma inexplicable había enviado alta. Probó desde fuera del
área, desde dentro, combinó con todos y cada uno de sus compañeros, aguantó las
faltas reiteradas sin quejarse, pero el gol no llegaba y él se sentía
responsable.
Por eso cuando acabó el partido no soportó más la tensión y se puso a llorar. Desconsoladamente. Así estuvo varios minutos hasta que Marcelo lo recogió para ir a agradecer al público el soporte y marcharon hacia el vestuario. “¡Qué sofoco!” gritaban los jugadores, hasta Tite, que hizo besó el suelo con el gol de Coutinho porque no podía ser que después de tantas ocasiones de gol, la canarinha no hubiera sido capaz de deshacer un empate que se ponía peligroso.
Con este gol, Neymar supera en la
lista a Romario como cuarto máximo
goleador de Brasil, con 56 tantos, por detrás
de Zico (66), Ronaldo (67) y Pele (95).